Seguimos de celebración del XXX Aniversario de las Kupelas Asesinas, con el estreno sidrero de Celia.
Asistentes: Celia, Josetxu, Edu y Nesss
De comer, tortilla de bakalao grande y muy rica, mucho mejor que la de la última sidre; 4 tajadas enormes de bakalao con lascas llamativas bajo una montaña de pimientos verdes; dos txuletones co-jo-nudos; queso, membrillo y montañas de nueces (éstos de Eula lo sirven todo a montañas). Total, 45 euros por persona, tal y como rezaba el cartel.
De beber, el txotxero más estricto que recordamos jamás: nos fue dando de beber indicándonos cómo debe beberse la sidra, y controlando de cuáles habíamos bebido ("cuando probéis todas, entonces os abro las que me digáis"). Todo ello para que apreciáramos bien el sabor y que no se perdiera una gota. Si hacía falta, pillaba varios vasos a los chaquetas para llenáserlos, o retorcía la muñeca de Nesss por no enfrentar el chorro al angulo correcto del vaso, o se lamentaba cuando Josetxu se le colaba y repetía trago en una kupela, o hacía aspavientos a quienes se despistaban en la cola y dejaban caer unas gotas de sidra. Sólo Edu consiguió arrancarle un "muy bien, así se hace", cuando consiguió romper el chorro de sidra con la pared lateral interna del vaso en 90º (usando para ello un transportador de ángulos mental).
Nos fijamos en los de la mesa de al lado, de traje y con un portátil en marcha, alias los chaquetas. Fueron los que más estuvieron fuera de lugar. Edu se indigna al ver que en las raras ocasiones que iban a las kupelas, le daban el vaso al txotxero en lugar de llenarlo ellos mismos, qué señoritingos. Quizá era porque cuando uno de ellos (¿el becario?) intentó llenarlo por sí mismo, con unos reflejos putapénicos, le cayó un broncón de órdago del irascible txotxero.
La sidrería acaba a medio llenar, siendo una vez más los únicos de pie, aunque Celia sí se sentó. En general, en la sidrería hubo gente maja con quienes hablamos de todo un poco. No teníamos nada claro que kupela tenía la mejor sidra. La gente flipa al decirles que llegamos andando desde Urnieta. Nesss pregunta a la "chiquitina" si era ala-pivot, pero no, que no le iba el basket. Con los que no quisimos hablar fue con los chaquetas, aka, los del Gobierno Vasco, según Edu. Nada más pedirnos permiso el txotxero para ir al baño, se rompe el vaso de Celia. Pues nada, tuvo que volver con escoba y pala. Y entonces se llenó la zona de gente sedienta, por lo que tuvo que dejar lo del baño para otra ocasión.
El camarero nos iba avisando cuando la comida estaba en la mesa. También aceptaba que le avisáramos cuando quisiéramos txuletón, pero al ver que a veces tardábamos, nos recordaba que estaba pendiente. En los postres, Edu hace sangre con el dedo de Nesss, explicando a Celia cómo partir nueces con un dedo. Buen rollito.
La verdad, es que bebimos en la sidrería, antes y después. Y al día siguiente nos costó levantarnos y recordar qué habíamos hecho. Vamos, como hace 30 años a quienes caían tras las Kupelas Asesinas. Txotx!!!